¿Ha oído alguna vez una voz en su cabeza que le aconseja a pensarlo bien antes de saltar de un acantilado? Esa voz es la inseguridad, nada más que un mecanismo de defensa natural, que crea límites en sus acciones para evitar riesgos innecesarios. Y eso es lo que los científicos de la Universidad Carnegie Mellon, en Estados Unidos, están tratando de instalar en los robots.
La idea parece haber salido de las mejores ficciones científicas, como Blade Runner, Yo, Robot o Ex Machina, pero es la verdad y tiene sentido: una vez «inseguros», los robots serían capaces de funcionar mejor solos, o sea, sin chocar con otros objetos por el camino o ser llevados por el viento.
Al contrario de lo que sucede con los seres humanos, las máquinas no tienen inseguridad natural. Ellos necesitan de una inteligencia artificial que simule la vocecita protectora y esto es lo que los científicos están trabajando, empezando por los aviones no tripulados. Funciona así: una cámara en el drone graba el terreno en el que espera el robot en un nuevo lugar de vuelo, y las imágenes son analizadas por el «programa de la inseguridad», que, a partir de un algoritmo desarrollado por la universidad Carnegie Mellon, calcula la probabilidad de que algo pueda salir mal. Por ejemplo: si el viento es fuerte, el programa se da cuenta de que el drone tiene posibilidades de ser derribado; si hay muchos árboles, entiende que hay peligro de golpearse, y por ahí no va. A partir de los posibles riesgos, la inteligencia artificial crea el camino que, probablemente, sea el más seguro para el vuelo del robot.
Ya hay robots que detectan objetos en sus caminos, y que pueden apartarse de ellos. Pero esta «auto duda robótica» es diferente: ella puede analizar el terreno y comprender todas las posibles amenazas, en vez de sólo reaccionar a ellas en el momento en que aparecen. En otras palabras, el drone inseguro es capaz de imaginar el futuro y evitar riesgos. Así como usted, él tiene una especie de instinto de supervivencia.
La inseguridad robótica ya pasó los primeros ensayos en la universidad Carnegie Mellon, en los cuales los investigadores utilizaron la inteligencia artificial para ayudar a un drone a volar en una zona llena de árboles en un parque. El robot logró recorrer 1 kilómetro sin chocar con ningún árbol, el doble de lo que podía sin el programa instalado.
Ahora, los científicos esperan perfeccionar el sistema, para que él pueda prever y evitar el máximo número de obstáculos y se convierta en una «sinfonía bien ensayada», en palabras de los científicos va a tardar algunos años. Entonces, si te has quedado con miedo de despertar en un mundo igual al de Yo, Robot puede estar tranquilo: no va a ser mañana.